A dos meses de haber recibido un disparo con un cartucho de gas lacrimógeno lanzado por la Gendarmería, Pablo Grillo continúa en terapia intensiva. Si bien el reportero gráfico evolucionó desde que ingresó al Hospital Ramos Mejía, en los últimos días tuvo que ser operado. Ayer todo indicaba que volvería a pasar por el quirófano pero por ahora no ocurrirá. 

Todo el cuadro de salud está provocado por la grave herida y el impacto en la cabeza que sufrió el 12 de marzo pasado cuando cubría la marcha de los jubilados. “A raíz de que se controlaron las fístulas, por las que perdía LCR, se descubrió un cuadro de hidrocefalia consecuencia del traumatismo”, detallaron ayer desde la cuenta Justicia Por Pablo Grillo, encargada de transmitir cada novedad.

En ese mismo reporte, contaban que iban a ser nuevamente operado. Pero hoy a las 10 actualizaron la situación y señalaron que le van a realizar “punciones para intentar controlar el cuadro de hidrocefalia”. Además, agregaron que continúa en terapia intensiva. 

Hace unos días, se esperaba que Grillo pasara a otra etapa. Después de salir a tomar aire fresco por primera vez en casi dos meses, el fotorreportero anunció con un audio que recibiría el alta. Pero unos días después sufrió una pequeña pérdida de líquido cefalorraquídeo y tuvo que ser nuevamente operado. 

“Gracias eternas”, finaliza el comunicado de hoy, al igual que el de ayer. En ese también pedían “seguir rezando, enviando todo el amor y las energías positivas para que Pablo continúe luchando”. 

El ataque contra Grillo

Pablo Grillo fue reprimido el miércoles 12 de marzo. Recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en medio de un feroz operativo contra quienes se manifestaban de forma pacífica en el Congreso. Desde ese día, quedó internado en el Ramos Mejía, donde estuvo en coma y luego fue evolucionando.