

La porción de esos recursos de la SIDE destinada a los gastos reservados –cuyo uso no es público- tuvo un incremento por demás significativo y generó rechazo en la oposición: pasó de 3.798 a 13.436 millones de pesos, es decir, una suba del 254%.
En septiembre, en una sesión inédita, el Senado derogó por primera vez un DNU cuando, en línea con lo que había ocurrido en Diputados, le negó al presidente la posibilidad de utilizar $100 mil millones más para gastos reservados.
Con el rechazo, los recursos destinados a la SIDE quedaron representando cerca del 16% del presupuesto anual, y poco más del 0,1% del PBI.
Por su parte, el aumento en los haberes jubilatorios que aprobó el Senado en su última sesión días atrás, fue del 7,2%. Según las mediciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) y otras estimaciones privadas, el impacto de la medida tendría un costo fiscal para este año de entre 0,20 % y 0,42 % del PBI, y por lo tanto mucho menos que lo destinado al organismo de inteligencia.
En tanto, el alza en el bono que complementa la jubilación mínima -que pasaría de 70 a 110 mil pesos- tendría un costo fiscal de alrededor de 0,26%, mientras que la renovación de las moratorias sumaría cerca del 0,1%.
En total, el paquete que el presidente Milei anunció que vetará tendrá un piso del 1% del PBI, es decir, $8.829.184 millones, tomando como base de cálculo los números de la OPC.