

Un comunicado oficial emitido en la noche de este jueves dio a conocer la novedad y también informó la decisión de girar de inmediato los 1.529 millones de DEG (unos U$S 2.000 millones) correspondientes al segundo tramo del préstamo.
El voto favorable se produjo a pesar de que las autoridades argentinas no cumplieron una de las principales promesas: la acumulación de divisas, eje bajo el cual se diseñó el programa. De todas maneras, la continuidad del ajuste fiscal y la flexibilización del régimen cambiario mediante el sistema de bandas de flotación (más un indisimulable guiño de la Casa Blanca en pago al alineamiento casi incondicional del gobierno libertario) fueron decisivas para que el directorio levantara el pulgar.
“La nueva fase del programa de estabilización de Argentina, respaldada por el programa de facilidades extendidas del Fondo, ha tenido un inicio sólido, a pesar del complejo entorno externo. Unas políticas macroeconómicas adecuadamente restrictivas han facilitado una transición fluida hacia un régimen cambiario más flexible y la flexibilización de la mayoría de las restricciones y controles cambiarios”, señaló la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, para justificar la decisión a favor.
Georgieva hizo un reclamo referido a la falta de acumulación de divisas, que motivó un “waiver” del directorio (a pesar de que ese tema se soslayó en la comunicación oficial). “Debe preservarse la flexibilidad cambiaria, mientras se mantienen los esfuerzos para reconstruir las reservas de reservas. Esto es fundamental para que Argentina pueda gestionar mejor los shocks y acceder de forma duradera a los mercados internacionales de capital en condiciones más favorables”, afirmó.
El gobierno se prepara para recibir los U$S 2.000 millones comprometidos, con lo que el 70% del préstamo ya se habrá percibido (el monto total es de U$S 20.000 millones). Claro que ese dinero no durará mucho en la bóveda del Banco Central: este viernes hay que girar U$S 801 millones correspondientes a los intereses trimestrales de este crédito y también del concedido a Mauricio Macri en 2018, cuyo capital fue refinanciado y todavía debe ser amortizado.