La condena es por hechos anteriores a su gestión presidencial. Se le acusa de recibir sobornos por 2,3 millones de soles (unos 660 mil dólares al cambio actual, pero unos 800 mil dólares al cambio de la fecha en la que se habrían pagado esas coimas) de empresas constructoras cuando fue gobernador de la región de Moquegua entre 2011 y 2014 por la construcción de un hospital y una obra de irrigación.
También fue inhabilitado por nueve años para ejercer cargos públicos y deberá pagar una reparación civil por el mismo monto de los sobornos que se le imputan. El exmandatario apelará la condena, pero el tribunal ordenó su detención inmediata sin esperar el resultado de la apelación y una sentencia definitiva. Por este mismo caso perdió la presidencia.
Militantes de su partido, Perú Primero, lo recibieron afuera del juzgado con banderolas, pancartas, aplausos y lemas de respaldo. Sentado al lado de su abogado, Vizcarra se mantuvo inmutable cuando la presidenta del tribunal, Fernanda Ayasta, dijo que había sido encontrado culpable y anunció la condena. La larga lectura de la sentencia duró más de cuatro horas. Apenas se anunció su condena, el exmandatario sacó su teléfono celular y comenzó a escribir.
“Me han vacado. Me han inhabilitado. Me han sacado de mi partido (por orden de las autoridades electorales ante una inhabilitación del Congreso). Y ahora me meten a la cárcel. ¿Tanto miedo me tienen?”, escribió en un mensaje que lanzó en la red X. En otro mensaje enviado mientras la presidenta del tribunal seguía leyendo detalles de la sentencia, escribió: “Me han sentenciado por enfrentar el pacto mafioso (en referencia al fujimorismo y sus aliados). No es justicia, es venganza. Pero no me van a doblegar. La respuesta está en las urnas. Mi hermano Mario Vizcarra continuará esta lucha por ustedes”.
Al no poder postularse al estar inhabilitado por el Congreso antes de esta sentencia, Vizcarra ha lanzado en su reemplazo la candidatura presidencial de su hermano mayor Mario para las elecciones de 2026. Conocida la sentencia condenatoria, frente al juzgado Mario Vizcarra tomó un megáfono para hablarle a los seguidores del exmandatario. Denunció de una persecución política contra su hermano. “Aquí estoy para reemplazarlo”, exclamó, en papel de candidato, sabiendo que los votos que pueda conseguir son por su hermano. A pesar de ser un desconocido, sin trayectoria política, Mario Vizcarra se ubica segundo en las encuestas con siete por ciento, a dos puntos del primero, el ultraderechista Rafael López Aliaga, en unas elecciones con un voto disperso entre más de treinta candidatos.