José Antonio Kast, se impuso en la segunda vuelta presidencial de Chile, con una ventaja amplia y sostenida en todo el territorio nacional tras ser escrutadas el 95% de las mesas. El presidente electo realizará el recambio con el actual mandatario de izquierda, Gabriel Boric, el próximo 11 de marzo.
Según los datos oficiales del Servicio Electoral chileno, Kast alcanzó el 58,30% de los sufragios frente al 41,70% de Jeannette Jara, quien reconoció el resultado una vez conocidos los cómputos, en una elección que mostró una clara transferencia de votos desde posturas más progresistas hacia el candidato ganador.
El abogado de 59 años, que había competido sin éxito en dos elecciones presidenciales anteriores, estructuró su campaña alrededor de un discurso de seguridad, control del delito e inmigración, y logró imponerse en todas las regiones del país, con desempeños particularmente elevados en zonas como La Araucanía, donde superó el 70% de los votos.
En su primer mensaje tras la victoria y en línea al discurso de Javier Milei al asumir en 2023, Kast advirtió sobre el escenario que enfrentará su gestión: “Vamos a tener un año duro, muy duro. Porque las finanzas del país no están bien”, además de remarcar que Chile atraviesa “un tremendo drama en salud”, junto con problemas estructurales en vivienda y educación.
Al trazar las líneas generales de su gobierno, sostuvo que “van a tocar momentos difíciles” y afirmó que será necesario tomar “decisiones muy relevantes”, al tiempo que llamó a construir “una cultura de trabajo en conjunto, de confianzas”.
Asimismo, con la seguridad como eje central, Kast endureció su discurso ante el delito: “Tenemos que tener mucha firmeza contra la delincuencia, el crimen organizado, la impunidad y el descontrol”. Aunque aclaró que su gobierno permitirá las manifestaciones, advirtió que “Chile no puede acostumbrarse al miedo ni al fuego”.Chile
Desde el 11 de marzo del próximo año hasta 2030 será el turno de Kast, hijo de un soldado alemán que, según se ha sabido, estuvo afiliado al Partido Nazi en la II Guerra Mundial y admirador del dictador Augusto Pinochet, responsable de más de 30.000 muertes y más de mil desapariciones después de su golpe de Estado. Su hermano, Miguel Kast, participó como ministro y desde otros altos cargos en el Gobierno de la dictadura.
El futuro presidente de Chile reconoció haber votado 'sí' en el plebiscito convocado por Pinochet en 1988. La derrota inesperada de los militares en aquella votación abrió el actual periodo democrático, si bien muchas de las estructuras de poder, comenzando por la propia Constitución del país, se mantuvieron en pie.