

Por unanimidad, el Tribunal N°1 de Morón denegó el pedido de excarcelación solicitado por el padre Grassi y de esta manera continuará preso hasta mayo de 2028 cuando finalice su condena por los dos hechos de abuso sexual infantil.
De acuerdo a lo anunciado por la jueza Mariana Maldonado, los fundamentos de la resolución del tribunal se darán a conocer el próximo 2 de septiembre.
Al término de la audiencia, el abogado Juan Pablo Gallego expresó: “Es importante que estas audiencias se puedan ver, porque hoy se demostró que se complicó solo”.
“Vimos a un monstruo que redobló su agresividad. Hoy dio una clase de pedofilia”, manifestó.
Asimismo, solicitó que la Iglesia saque a Grassi y ratificó que las víctimas “tienen miedo”.
El acusado había presentado un escrito ante la Justicia para pedir su libertad condicional.
Frente a esta solicitada, el abogado de las víctimas manifestó a este medio que estaba “preocupado”, pero también “optimista” ya que tenía muchas cuestiones por las que el Tribunal no debía darle el beneficio, algo que finalmente se confirmó.
Ante las diversas presentaciones y después de dos horas de audiencia, este jueves al mediodía el tribunal confirmó que el padre Grassi seguirá tras las rejas.
Julio César Grassi es un sacerdote argentino que adquirió notoriedad pública en la década de 1990 y comenzó a ser habitué en programas de televisión para difundir su trabajo en la fundación “Felices los Niños”. Esa organización, que se dedicaba a ayudar a niños en situación de vulnerabilidad, le otorgó una imagen de figura caritativa y mediática.
Todo lo publicado sobre el cura Grassi
“Felices los Niños” se fundó en 1993 en William Morris, partido de Hurlingham, junto a la autopista Camino del Buen Ayre. En su época de esplendor, la fundación llegó a tener 52 sedes, alrededor de 400 empleados y asistió a 6.300 chicos en todo el país.
La piedra fundacional la colocó el Estado, de la mano del Gobierno de Carlos Menem. El expresidente y su entonces ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, le cedieron en comodato al cura un predio de 67 hectáreas que pertenecía al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y le dieron una generosa donación de U$S 5 millones.
Todo cambió el 23 de octubre de 2002, cuando el programa Telenoche Investiga reveló en un informe titulado “Con los chicos, no” las denuncias contra el sacerdote por abuso sexual a jóvenes internados en la fundación.
Detrás de la fachada de un “cura solidario” se escondieron esas graves acusaciones. Grassi fue condenado a 15 años de prisión por abuso sexual agravado en perjuicio de dos menores que estaban bajo su cuidado. Los hechos, ocurridos en 1996,salieron a la luz en 2002.
El caso sirvió para visibilizar un problema social grave y complejo, y para generar conciencia sobre la importancia de proteger a los niños.
La condena de Grassi puso en tela de juicio el funcionamiento de instituciones como la Iglesia y las fundaciones, y la necesidad de mecanismos de control más rigurosos.