

La Corte Suprema de Justicia le tomó juramento este jueves a Manuel García Mansilla. El académico de 53 años finalmente se convirtió en el cuarto cortesano y quedó cubierta la vacante que se abrió tras la jubilación de Juan Carlos Maqueda.
Esa fue la respuesta de la Corte Suprema frente a la ansiedad del gobierno de Javier Milei, ejecutada por sus espadas judiciales, para tener sentados a los nuevos integrantes del máximo tribunal en el recinto de la Cámara de Diputados de cara a la Asamblea Legislativa del sábado. El que quedó afuera, al menos por el momento, es el juez federal Ariel Lijo, que el miércoles pidió licencia en la Cámara Federal
En la Corte informaron que la situación de Lijo será tratada en la próxima reunión de acuerdo del 6 de marzo. Allí verificarán si se cumplen las condiciones necesarias para otorgarle la licencia extraordinaria sin goce de haberes que ayer consiguió el titular del Juzgado Federal 4 de Comodoro Py.
Todas las miradas apuntaban a lo que pudiera ocurrir hoy a la mañana en la habitual reunión de acuerdo que Horacio Rosatti celebraría junto a Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz. Y finalmente lo que se decidió fue avanzar con la designación en comisión de García Mansilla, decano de Facultad de Derecho de la Universidad Austral.
García Mansilla será cortesano, en principio, hasta el final del año legislativo entrante, tal como sostiene la Constitución para las designaciones en comisión. Ese día es el 30 de noviembre próximo.
Aunque un gran interrogante se plantea: el Senado viene de rechazar ambos pliegos pero la situación del flamante cortesano es peor ya que ni siquiera logró juntar los avales necesarios. Ese punto es una de las grandes debilidades institucionales que señalan algunos constitucionalistas, y que podría derivar en una gestión brevísima del académico como ministro de la Corte en caso de que no se revierta.
Respecto a la situación de Lijo, tras la salida del decreto algunas fuentes cortesanas respondían con cautela respecto de su juramento. Básicamente sobre la base de que el pliego estuvo casi un año en el Senado y todavía ni siquiera había llegado la comunicación de su licencia otorgada en un plenario de camaristas federales encabezado por Mariano Llorens. Su situación recién será tratada la semana que viene.