

Según se pudo reconstruir a partir de las primeras pericias, el sospechoso, de 40 años, en horas de la tarde, apuñaló en el cuello a su mujer, Rocío Villarreal, de 34, en la casa donde vivía la familia, en Larrea 137, en Tres Arroyos, en el interior de la Provincia de Buenos Aires.
Si bien el parte policial advertía que la víctima había sido ultimada por ahorcamiento con un cable de un velador, finalmente fuentes judiciales confirmaron que fue apuñalada.
Tras cometer el femicidio, Dellarciprete tomó su camioneta Renault Duster y retiró a los dos niños, Tiziano de 8 y Francesco de 4. Luego, se trasladaron por la Ruta Nacional 228 hasta que a la altura de la localidad de San Cayetano, en el kilómetro 69, a unos 70 kilómetros de Necochea, intentó embestir a una moto pero falló.
Poco después, la camioneta derrapó en una zanja, donde quedó abandonada a la vera de la ruta. Se cree que los niños aún estaban con vida cuando el sospechoso los ahogó con sus propias manos. Instantes más tarde, el hombre entró en un campo lindero, donde le dieron un vaso de agua y pidió un arma para matarse. Se la negaron y lo echaron.
Entonces, Dellarciprete volvió a la ruta y se tiró debajo de un camión con acoplado que pasaba a gran velocidad por el lugar. El triple homicida falleció en el acto. En tanto, el camionero fue demorado por la justicia. Los investigadores de la UFI N°3 de Necochea fueron advertidos de los tres cadáveres y le pidió a sus pares de la UFI N° 6 de Tres Arroyos que fueran de inmediato a la casa de la familia, donde se encontraron con el cuerpo de Villarreal.
Dellarcipreste era chofer de su propio camión. Había sido recientemente desvinculado de una empresa cervecera. Se supone que la causa del despido fue una serie de licencias psiquiátricas que habría pedido el hombre, según indicaron los vecinos a C5N.
De acuerdo a la documentación recabada por los investigadores, Dellarcipreste estaba siendo atendido por el área de Salud Mental de la Municipalidad local, donde había sido diagnosticado con “trastorno paranoide”.
Además, trascendió que Rocío, vendía sahumerios y trabajaba haciendo masajes en la misma casa donde fue asesinada por su marido.
Por el momento, se iniciaron dos causas. Una caratulada como “doble homicidio seguido de suicidio”, a cargo de la UFI N° 3 de Necochea; y otra que quedó al mando de la UFI N° 6 de Tres Arroyos por el femicidio de Villarreal.
Los investigadores esperan los resultados finales de las autopsias, mientras se ordenó analizar los celulares de todas las personas involucradas, levantar imágenes de cámaras de seguridad que podrían haber captado la secuencia de la masacre y se esperan los testimonios de posibles testigos y personas del entorno de la familia.